Renunciar y alejar,
irse o marcharse,
da igual.
Renuncié a tu anhelo,
tu cuerpo,
tu sollozo,
tu hombro.
Renuncié hasta a tus suspiros,
me obligué a no pensarte,
a borrarte,
a joder mi mente con tu recuerdo.
Y es que vivir de fantasías es malo,
absurdo y burdo,
burdo y malo,
malo e idiota,
y el idiota soy yo.
Renuncié a tu esencia,
a tu recuerdo,
a mi dolor,
No hay comentarios:
Publicar un comentario