Me despierto un día cualquiera y miro la hora. Me levanto y miro al frente como si me hipnotizara.
Una vez vestido desayuno mientras escucho como la lluvia golpea las ventanas de la cocina. Cada gota es una nota de vida.
Una vez bajo al callejón el sonido cambia, mas fuerte, mas profundo. Mirando el suelo mientras el agua me cae en el pelo avanzo calle tras calle hacia el instituto. Un paseo simple para muchos pero momentos de reflexión para otros.
Cada mañana igual, mientras el frío me roza la cara y escucho música pienso en todo, en la vida que tengo y en la que podría tener, en como soy y como podría ser, en todo lo que tenía y lo que tengo.
Se que el tiempo no retrocede y cada segundo es un momento único que hemos de vivir y sentir. Por eso intento seguir adelante como puedo y buscar una puerta por donde salir de mi espiral de tristeza.
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