“En cada gota de alcohol, encontré tu nombre, tu rostro, tu sonrisa... Mi imaginación, todo eso proyectaba mi cabeza, sólo pensaba en ti.
No había nadie a mi alrededor, las calles estaban llenas de vida, tu imagen, era real. Fui hacia ella como si de un túnel se tratase y tú fueses mi luz.
Al llegar al final, fui a abrazarte, pero te desvaneciste, desapareciste. Eras una calada de aquel humo en el viento y no volviste.
Susurré que no desaparecieses, pero lo ignoraste.
Fui aquella sombra de aquel espejo que te observaba. Y huí de ti.
Me escondí bajo los árboles, en la noche, anduve las calles de manera solitaria.
Encontré la paz, y apareciste. Mi decepción fue tan grande, que tu mirada no me llenaba…”
‘Huyo para que no me mires, para que no me midas, amor prohibido…Escribo a escondidas’
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